Voy corriendo, removiendo,
el umbral de hojas y pájaros.
Penetrando por los breves pasillos.
Entro a un parque abandonado.
Los bancos están vacíos.
Fiesta de caracol
despierto por la lluvia
hay en mi corazón.
Voy con tu nombre.
Es como si llevara todas las llaves
del mundo, inclusive
la de los sueños y
la de los jardines de los niños.
Hacia ti que eres
como las plantas:
lloras con la lluvia.
Tu cuerpo, tu rostro hacen transparencias
como si las azoteas
ó los ríos
ó los helechos
ó cualquier grillo
te hubieran creado con seis gotas de lluvia.
Acércate,
me encontrarás custodiado por horizontes.
Contienen tu nombre grabado por un silencio maduro
sobre cada filo.